Pero para muchas personas la navidad también es época de tristeza, soledad, apatía, tristeza, melancolía, y muchos mas sentimientos que algunas personas experimentan sobre todo por ausencia de un ser querido, por estar pasando por una difícil situación económica, falta de empleo, resentimiento, etc.
Como Católicos no podemos y debemos disfrutar la navidad conociendo las necesidades de nuestro prójimo ya sea emocionales o económicas, por eso vivir esta navidad en familia, no es solo disfrutar al lado de nuestros seres queridos sino ser capaces de compartir ese amor y alegría que nos trae la Natividad de nuestro Señor Jesucristo con nuestros hermanos más necesitados.
Vivir la navidad en familia no es seguir los estándares parámetros de vivir navidad en familia que nos traen todas las películas y la televisión. Vivir la navidad en familia es ser capaces ir a donde está esa persona que no pasará una navidad tan alegre como la de nosotros, dar ese abrazo, esa palmada en el hombro a quien no nos lo está pidiendo y recordando las palabras que dirigió Benedicto XVI en tercer domingo de Adviento al rezar la oración mariana del Ángelus el 13 de diciembre 2009:
la Virgen y san José no parecen una familia muyafortunada;
han tenido su primer hijo en medio de grandes dificultades;
sin embargo están llenos de profunda alegría,
porque se aman, se ayudan,
y sobre todo están seguros de en su historia está la obra Dios,
Quien se ha hecho presente en el pequeño Jesús.
¿Y los pastores? ¿Qué motivo tienen para alegrarse?
El Bebé no cambiará realmente su condición de pobreza y de marginación.
Pero la fe les ayuda a reconocer en el
“niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”,
el “signo” del cumplimiento de las promesas de Dios para todos los hombres
“en quienes él se complace”
(Lc 2,12-14), ¡también para ellos!”
familia en Cristo de Radio Paz!